Reglas de crianza y educación en el periodo de 9 a 15 meses
Reglas de crianza y educación en el periodo de 9 a 15 meses
La estimulación marca la diferencia hasta los 8 meses
Si bien los objetivos alcanzados por los niños a los 9 meses es producto, en su mayor parte de la propia motivación, es la estimulación constante y sostenida la que marca la diferencia en los niveles de inteligencia, sociabilidad y lenguaje.
Esto es lo que se ve cotidianamente.
Un ambiente agradable, óptimo, con padres conscientes de seguir las adecuadas técnicas de crianza conforman niños más capacitados más habilidosos y con niveles de desarrollo más pronunciado.
La estimulación crea en el niño motivación, alegría, entusiasmo, fomenta la curiosidad y además estructura la confianza en sí mismo. Esto se observa estadísticamente, en las mayorías de las familias que estimulan y educan correctamente a sus hijos en esta primera etapa de la vida.
Amor, cariño y dedicación son los ingredientes básicos para que esto suceda.
Y desde los 9 meses en adelante…?
Pero de los 9 meses en adelante la situación cambia radicalmente.
A partir de este período y por circunstancias que luego veremos, los niños no son debidamente educados y criados por sus padres.
Ahora cuando el niño llega a los 2 años y medio, mal o bien, ya tiene su perfil social.
Es un ser acabado y se manifiesta con una personalidad casi establecida,
A esta edad se deduce :son pocos los recursos que las familias o los médicos puede implementarse para desviar o mejorar su situación.
A los 2 años y medio el niño será bien criado, equilibrado, fácil de convivir o por el contrario ser un ser repelente, fastidioso, absorbente, difícil de convivir y acosador constante de su madre.
Entonces concluimos: esta parte del camino, es decir el desarrollo que el niño construye desde los 9 a los 30 meses es de fundamental importancia para el establecimiento óptimo y correcto de las conductas del desarrollo.
Entonces:
¿Cuáles son las causas por la cual el niño es malcriado y maleducado a los 30 meses?
¿Qué desajuste sufre las familias o de qué elementos carece los padres para esa situación tan vital para la vida futura del niño?
Entre tantas, tres son las principales causas que pueden describirse como responsables de estos acontecimientos educativos:
- IGNORANCIA DE LOS PADRES
La mayoría de los padres jóvenes están mal preparados para criar a un niño.
Desconocen toda información necesaria y tampoco existen medios que se las proveen.
Por lo tanto las pautas de educación que utilizan son deficientes e incompletas.
- MEDIO AMBIENTE ADVERSO
La casa y los lugares por donde el niño se desplaza cotidianamente no son adecuadamente preparados por sus padres.
El niño presenta varios accidentes porque obvio, él necesita espacio y no lo tiene.
La madre dice:”vivo -con el corazón en la boca -”.
El estrés que provoca el nuevo niño que toca todo, que desarma todo, que nunca se queda quieto, que no podemos dejarlo un minuto sin vigilancia, que no conoce peligros, impide el correcto desenvolvimiento de la casa y la óptima relación con los hermanos y esposo.
La tensión se multiplica cuando el niño es dejado en manos de otra persona cuando la madre trabaja o sale.
- FALTA DE ATENCIÓN Y AYUDA
La madre se encuentra sola en la crianza del bebé.
El padre trabaja y cuando llegan no pocos, se muestran insatisfechos con la forma de crianza de su madre. En algunos casos se establece una discusión de crianza y nunca se pondrán de acuerdo porque ignoran ambos las normas básicas.
Alguna pautas de crianza para una correcta educación
Periodo de 9 a 15 meses
TOMAR LAS PRECAUCIONES NECESARIAS EN LA CASA PARA EVITAR ACCIDENTES.
El ambiente de niño debe ser lo más seguro posible.
Revise la cocina, el comedor, el baño, la habitación, el lavadero, el patio, en fin, todos los lugares por donde transita.
Detecte elementos peligrosos que pueden causar lesión al ser accionados incorrectamente (recomendamos para este fin la lectura de los artículos actualizados contenidos en el niño de 10 meses y 11 meses – seguridad del bebé).
Si se logra alejar el peligro, el niño disfrutará tomando objetos, manipulando, jugando, no será afectado por ningún accidente, no tendrá ningún episodio negativo en su vida, se desplazará tranquilo por el medio ambiente, ganará cada día más confianza en si mismo, aumentará su curiosidad, aprenderá mas y aumentará así su nivel de desarrollo
Padecer una lesión impone en cada acto a realizar sentimientos de inseguridad.
Se evita de esta manera, la acción por medio a tener una nueva experiencia desagradable.
ASISTIR AL NIÑO EN TODAS LAS OCASIONES QUE SEA NECESARIO
La segunda regla que deberá cumplirse y de la mejor manera posible es asistir al niño en las situaciones adversas.
El deseo constante de investigar y de explorar incentiva al niño a cumplir determinados actos. Por momentos desea “abrir esta caja o sacarle la ropa a aquella muñeca o tratar de alcanzar ese juguete o doblar tal objeto, etc
Estos actos a veces se consiguen con naturalidad y en otros no a pesar de intentarse más de una vez.
Cuando el niño no consigue su propósito muestra una sensación de desagrado, irritabilidad, desgano, ansiedad y va en busca de su madre para solucionar su problema.
Aquí se debe estar disponible para atenderlo
Se deberá dejar de hacerlo lo que se estaba haciendo y acudir inmediatamente sin posponer para un “ya voy” o “espera un rato” o ignorar quizás el pedido de ayuda.
Asistirlo. Prestarle atención. Ver cual es el problema y ayudarle a solucionarlo:
“mira esto no es así. Es mejor hacerlo así y ponerlo acá. Veni. Lo hacemos juntos. Vos agarra acá…”
Luego de conformar al bebé, nos quedamos un rato hasta que se note más confiado y motivado y retome nuevamente su actividad
En toda su intervención deberá tener en cuenta además, que el niño no la utilice, que no se aproveche de Ud. sino que la llame realmente cuando la necesite.
Tampoco que no pretenda que Ud. realice sus actividades cuando pone como pretexto que solo “él no sabe como se hace.”
Si Ud. comprueba que así parece incentívelo a que lo haga como pueda.
QUE EL NIÑO NO DESEE LLAMAR LA ATENCIÓN
En algunas oportunidades pasa que el niño no tiene ningún problema que resolver pero resulta que la llama para que vea lo que está haciendo.
Esto le impide a Ud. desarrollar sus actividades.
Maneje con cuidado estas reacciones.
Que trate de resolver solo la mayor parte de sus problemas y “cuando termine” que se lo muestre.
Los procedimientos comentados son muy educativos para el niño aunque a simple vista no lo parezca ya que:
- Aprenden a que no están solos en la vida y ante cada adversidad puede haber otra persona que lo ayude.
- Comienza a conocer la actitud solidaria de la gente.
- Aumenta su autoestima ya que “mis actos son importantes, (ella dejó de hacer sus cosas para ver las mías.”). Esto crea entusiasmo y aumenta su confianza.
- Recibe enseñanzas. Aprende a resolver un problema. Ve, escucha, pone en juego su lenguaje, su sociabilidad y su inteligencia en la comunicación con su madre.
- Establece los límites de la realidad. Aprende a que no todo lo que se quiere, realmente se puede hacer.
El comienzo de la disciplina
Es preciso que esta edad los padres comiencen a mostrar algunas señales de autoridad.
Cuando se desea imponer algunas reglas deberá ser firme y no ceder ante las exigencias del niño. Utilice palabras con tono suave y trate de explicar en todo momento porque Ud. adopta ese comportamiento.
El tratará de convencerla, pero Ud. mantenga la palabra y no repita más de una vez la orden.
No piense que actuando así, el dejará de quererla o la va a querer menos. Ellos desean aprender.
Al cabo de un tiempo él se dará cuenta cómo se maneja la autoridad en casa.
Si el niño no hace caso a su advertencia, deberá reiterar la orden y en última instancia es necesario retirarlo del sitio que se quiere que abandone o distraerlo con alguna otra cosa.
Reiterar las órdenes, hablar demasiado y no actuar se fomenta la mala crianza.
Disciplina del niño y sus hermanos
Cuando en la casa existe niños mayores, el comportamiento de los padres deberá ser diferente de acuerdo a la edad de diferencias de cada uno con el bebé.
- El bebé y el niño menor de 2 años y medio.
El niño de 2 años y medio recién comienza a independizarse de su madre.
Está aún aferrado al medio familiar y el nuevo bebé no deja de ser un escollo para su vida.
Sea firme con el de 2 años y medio. No tolere que se autocastigue, que se golpee la cabeza contra la pared, que se tire los pelos, que se pegue, etc.
Coloque límites primero hablando y si no responde por estar muy descontrolado, aléjelo de la situación y termine la acción con un abrazo o un beso.
Diariamente el niño mayor debe tener su tiempo sin el bebé y Uds. los padres tratar de estar con él y atender su preguntas y necesidades.
Estimule también su independencia y que vaya cuando pueda a jugar con otros chicos
Estas medidas pueden dar resultados positivos en la crianza.
Para concluir se debe decir que para que no ocurran estos problemas, es conveniente espaciar más de tres años los nacimientos de los chicos no solo para el niño mayor sino también para evitar el ambiente hostil totalmente innecesario para el desarrollo del bebé.
- El bebé y el niño mayor de 3 años
Si el hermano mayor tiene más de tres años la situación es distinta. Si tiene 9 o 10 años el tiempo de estadía con el bebé es reducido ya que prefiere estar con chicos de su edad. El trato en este caso es bueno, cariñoso y comprensivo.
Si el niño mayor tiene 4 años también la relación es óptima, racional y comprensiva.
A esta edad el niño se relaciona con sus amiguitos fuera de casa. Es más maduro, independiente y su vida no se reduce al entorno de su madre como el niño de 2 años.
Fuente: Archivo editorial.Tu consultorio digital
Academia Americana de Pediatria
