Hipertensión en el embarazo
Hipertensión en el embarazo
La pandemia de COVID-19 ha llevado al uso frecuente de la telemedicina y la recomendación común para el autocontrol de la presión arterial (AMBP) durante el embarazo, esencialmente en personas con riesgo o con trastornos hipertensivos
El control de la PA es un aspecto fundamental de la atención prenatal para detectar la preeclampsia.
Las morbilidades maternas y neonatales asociadas con la hipertensión en el embarazo están bien establecidas, incluidos los riesgos de parto prematuro, bajo peso al nacer, preeclampsia y riesgos raros de accidente cerebrovascular, convulsiones y muerte materna.
En 2017, el American College of Cardiology (ACC) y la American Heart Association (AHA) publicaron nuevas pautas para la evaluación de la hipertensión arterial. Estos disminuyeron los valores para definir la hipertensión arterial de la siguiente manera:
Normal: < 120/80 mmHg
Elevado: 120 a 129/< 80 mmHg)
Hipertensión en estadio 1: 130-139/80-89 mmHg
Hipertensión arterial estadio 2: ≥ 140/90 mmHg
La ACOG (Colegio Estadounidense de obstetras y ginecólogos) define la hipertensión crónica como tensión arterial sistólica ( la máxima) igual o mayor de 140 mmHg o presión arterial diastólica (la baja) igual o mayor de 90 mmHg en 2 ocasiones antes de las 20 semanas de edad gestacional.
Los datos sobre el efecto de la hipertensión según lo definido por el ACC/AHA durante el embarazo son limitados.
Por lo tanto, es probable que el manejo del embarazo evolucione.
La hipertensión durante el embarazo puede clasificarse como:
Crónica: la presión arterial es alta antes del embarazo o antes de las 20 semanas de gestación. La hipertensión crónica complica el 1 a 5% de todos los embarazos.
Gestacional: la hipertensión aparece después de las 20 semanas de gestación (típicamente, después de la semana 37) y remite después de la sexta semana posparto; aparece en el 5 o 10% de los embarazos, más comúnmente en embarazos multifetales.
Ambos tipos de hipertensión aumentan el riesgo de preeclampsia y de eclampsia, así como de otras causas de morbimortalidad materna, incluidos:
Encefalopatía hipertensiva
Accidente cerebrovascular
Insuficiencia renal
Insuficiencia ventricular izquierda
Síndrome HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y recuento bajo de plaquetas)
El riesgo de morbimortalidad fetal aumenta debido a la disminución del flujo sanguíneo uteroplacentario, da restricción del crecimiento y desprendimiento de placenta.
La evolución empeora si la hipertensión es grave (tensión arterialmaxima igual o mayor de 160 mmHg, presión arterial baja igual o mayor a 110 mmHg o ambos) o está acompañada por insuficiencia renal (p. ej., depuración de creatinina < 60 mL/min, creatinina sérica > 2 mg/dL [> 180 μmol/L]).
Otros artículos para leer:
https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/pregnancy-week-by-week/in-depth/pregnancy/art-20046098