El niño y el rechazo a la maestra

El niño y el rechazo a la maestra

Seria sorprendente que nunca hubiera choques entre maestros y alumnos, pero el quejarse dependerá de la importancia de éstos. Algunos problemas no tienen demasiada entidad y se olvidan en seguida. Un niño al decir “odio a la señorita” puede estar expresando un enfado por algo que ha pasado durante el día. Al hablar con él, averiguará lo que ha ocurrido. Muéstrele que entiende el problema y aconséjele cómo evitar accidentes similares en el futuro.

En ciertos casos, los niños se sienten molestos por la conducta y forma de ser de sus maestros (acaso por que les grita); seguramente muchos niños de la clase están resentidos contra la maestra. El quejarse solo es útil si ello cambia la situación y por desgracia es casi imposible que un maestro varíe completamente su forma de enseñar, así que lo más posible es que sea una pérdida de tiempo. Pero en el caso que sean varios los niños que se sienten molestos con este maestro, lo más conveniente es hablar de ello con los demás padres, para poder presentar una queja colectiva a la escuela. El jefe de estudios o el director puede no ser consciente de la gravedad del problema y les agradecerá sus comentarios.

Ciertos choques personales entre el maestro y el niño son prácticamente inevitables durante los años escolares. Esto no quiere decir necesariamente que el niño o el maestro tengan problemas personales, pero es importante intentar averiguar el porqué le desagrada al maestro su hijo; intente discutirlo con el niño. Si un maestro castiga excesivamente a su hijo y si éste demuestra abierta aversión hacia él, debe investigar que hace el niño para provocar esa situación y cómo puede evitarse. Después de todo, las relaciones son bilaterales y será bueno conocer ambos puntos de vista.

Si sólo pasa parte del año con el mismo profesor, o un tiempo semanal corto, el maestro y el niño pueden acomodarse y solucionar la situación, pero cuando se trata de niños más pequeños, que tienen un solo maestro durante la jornada, el problema puede ser importante.

Cuando la situación y la relación entre el niño y el maestro son malas, habrá que comunicarlo a la escuela. Asegúrese que al intervenir su enfoque sea tranquilo y constructivo; puede ser que no haya una clase adecuada para cambiar a su niño, y un conflicto abierto entre usted y la escuela no le ayudará a encontrar un medio de coexistencia pacífica con el maestro implicado.